viernes, 4 de septiembre de 2009

Manzanas y salas de espera.

Perfección.
...

"Número 54" era lo que apenas se alcanzaba a leer en el trozo de papel mal cortado que me habían asignado. Faltaban más de 14 personas. Agónica espera.
Tomé el único asiento libre y resignado tome un folleto de ofertas. Agónica espera.

Un par de minutos después una voz dulce repetía: "Disculpe, ¿Qué número tiene?"
Al levantar la mirada olvidé por completo la pregunta, lo que leía e incluso que hacía ahí sentado.
Lo único que recuerdo es una hermosa y gran sonrisa, cabello un poco ondulado, castaño, aun no se el color de los ojos, a pesar que los contemple sin interrupción por más de 1o segundos.
Sin responder su pregunta, ella agregó: "¿aburrido verdad?". Yo seguía sin lograr organizar las palabras, ni siquiera lograba emitir sonidos. 20 segundos y el momento cada vez era más y más incomodo.
Cuando logre ordenar de nuevo ideas y armar pensamientos lógicos, respondí. Seguía idiotizado.
Y así poco a poco inició una de las mejores conversaciones que he tenido en mi vida, no se si fue por que no recuerdo que dije o por que cada movimiento de sus labios era perfecto, cada palabra era la correcta.

El tiempo iba demasiado rápido, faltaba muy poco para que fuera mi turno, ahora me arrepiento de tener un número tan bajo. El de ella era demasiado alto.
Interrupción. Llamada inoportuna de quien no quería escuchar. Su esposo.
Ella era tan solo 6 años mayor que yo. Irónicamente tan cerca pero tan lejos.

Mientras seguíamos hablando, la pantalla mostraba que mi turno era el siguiente.
Improvisando un juego estúpido e incluso vergonzoso logre tomar el papel con su número, lo devolví sin darle mucha importancia a lo que acababa de pasar.
La pantalla ahora mostraba: "Número 54"
Con voz nerviosa le dije: "Por fin tu turno"
Ella miró su papelito, levantó la mirada y me regalo una de las más hermosas sonrisas que he visto. Tomó sus cosas y se levantó.
Un par de minutos después salió del cubículo y se despidió levantando delicadamente su mano, acompañado de un tierno: gracias
Lo único que pude pensar fue: Te amo.
Sí, lo pensé.


En voz alta......

No hay comentarios:

Publicar un comentario