sábado, 5 de marzo de 2011

Viento

Cuando cambia su dirección... ¿Qué harías?.
...

Esta noche es de esas fríamente cálidas,
en donde cada paso adelante no sirve para nada,
más que retroceder.

Esta noche es de esas silenciosas,
en donde el único que calla soy yo,
en realidad no, pero me gusta pensarlo.

Esta noche es de luna llena,
sí, llena de todo aquello que me vacía...
lentamente.... cruelmente.

Y siento...
No, la verdad, no.

Esta es de esas noches en la que me arropa
mi propio deseo de huir.
Tan despacio, que es imposible escapar.

Esta es de esas noches en las que el viento no sopla,
no sopla en la dirección que quiero,
maldito capricho... maldito viento.

Esta es de esas noches... en las que el viento cambió su rumbo,
no viaja conmigo, ni contra mi...
simplemente no viaja.

Y no sé sí volverá...

jueves, 17 de febrero de 2011

Réquiem de un errante III.

Travesías en noches de luna llena.
...

Sé que jamás recordaré el punto exacto de partida,
por simple errores del azar o por azar errores,
porque a pesar de haber recorrido tanto tan poco, siento que no falta nada más que el resto.

Sé que mi equipaje es liviano,
ni siquiera llevo una cadena que me ate a la orilla de un desierto
en el cual pueda sentarme a pensar, a reir, a llorar,
bajo la soledad de una sombra a la medianoche.

Porque recuerdo esa barca,
esos diarios de recuerdos, esos viajes por mi mente,
en donde navegaba distraído por los parajes exóticos de un porqué.
Porque en mi bolsa sé que aun estan las dos piedras, mi tesoro,
encontradas en el arrollo del quizá.

Y quizá aun vagué vacío, totalmente lleno de una frescura intimidante
y de una simpleza tan rebelde como insaciable.
Quizá viaje ahora con miedo...

Quiero disfrutar este oasis, esta parada,
este momento para olvidar la realidad más allá de mi contexto.
Porque faltan tan poco
para regresar a la búsqueda...
o para escapar del tiempo.

Para escapar de la búsqueda, para regresar al tiempo...

sábado, 22 de enero de 2011

Por las noches

Dicen que camina vagamente,
se pasea por ese lugar extraño,
desconocido.

Por las noches,
se dice,
se escucha....

Por las noches, perdida,
vaga por las praderas de la nada,
buscándolo todo.

Por las noches...

jueves, 16 de diciembre de 2010

Renacer...

«Suspiro.»
...

Vagando por los pasillos de un por qué,
quizá olvidado, reprimido.
Quizá vacio.

Esperando el solo momento del tal vez,
u obligándome a mi mismo al hacer,
al yacer.

Encadenado a ti, maldito,
desquiciado,
irrevente y desdichado tiempo.

He aquí,
entre escombros, adolecido,
entre retornos,
retrasos y un poco de olvido.

Y siento que regreso,
y siento que no me he ido.

viernes, 13 de agosto de 2010

Punto y seguido.

Entre inicios y continuaciones
...

Todo comenzó como una broma y ahora se ha convertido en un vicio, deja vú, habló de este espacio, habló de este tiempo.
Más que un vicio es una vía de escape que me embriaga, que me llama a jugar con los lazos que limitan la locura y cordura; Que bordean mi realidad junto con los delirios improvisados.

Ahora quiero comenzar de cero, dar ese momento, ese instante que merece esa parte de mi, que intento opacar con sonrisas internas y pensamientos desordenados.

Quiero retomar esa línea punteada, algo borrosa por el paso del huracán al que llamo vida, junto con la tormenta que suelo nombrar eternidad.
Tal vez por capricho propio o por deseo incontenible. No me importa el nombre.

Porque todo errante necesita su descanso pero también su toque de realidad, de sentido común.
Porque quiero hacerlo y porque no necesito dar explicaciones.

Porque sigo creyendo que el Karma es un maldito justiciero inexistentemente real.
Pero también porque necesito aire nuevo, de ese que sabe a antaño pero huele a primavera en invierno.
...

Réquiem de un errante. 

jueves, 29 de julio de 2010

4 minutos de silencio.

En los que disfrutamos el coro de la felicidad.
...

Durante el estribo del camino más arduo,
rebozamos de gozo,
entre odas a la vida y llanto de destellos,
de brillos impresionantes.

4 minutos de sonidos interminables,
irrepetibles, sencillos e idílicos.
En esos en donde los acordes de tu voz
suelen rozar una nota celestial.

En donde la vida se detiene a escuchar,
simplemente a eso.
En donde nuestras almas vibran
al son del mismo compás.

4 minutos de silencio que parecen eternos.
En donde los jardines recrean la belleza de tu rostro
dibujada en pentagramas de colores.
En donde interpretamos esa canción de cuna para saciar el deseo de esta locura, que es amarte.