Quien comete el error de entrar en tu territorio
solo puede ser estúpidamente valiente o valientemente estúpido.
...
Es casi imposible no enamorarse de tu belleza rebelde.
A veces tan exótica, algunas veces tan calma.
Algunos deciden solamente jugar en la orilla,
por miedo a tu naturaleza impredecible.
Otros arriesgan todo lo que tienen por domar lo indomable,
con más fe que determinación.
Sin puertos de embarque o majestuosas carabelas,
sin provisiones, sin salidas de emergencia.
Sin nada más que el deseo,
el coraje, una canción, dos monedas:
la locura y la razón.
Sin orientación alguna, más allá de la que su corazón pueda improvisar,
no hay tiempo para despedidas, no hay tiempo para mirar atrás.
En la pequeña embarcación apenas y caben sus dudas,
pero no hay más opción que continuar.
...
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