miércoles, 11 de noviembre de 2009

EXperiencias AMIGAbleS.

Parece que siempre es mi culpa... ¿Es mi culpa?.
...

Y llueve tortugas.
Sábado 6 de diciembre, año 2006. 
No importo si era uno de esos días fríos, su seriedad impactante y la forma como explotaba su calidez y sentido del humor fue algo fantástico. 
Había cierta chispa especial que nos hacía completamente diferentes. Pero nos entendíamos a la perfección. 
Ninguno se explica como pasó, pero no importa el motivo ni el lugar. 
El mismo punto de encuentro fue el principio del final. Cliché, hermoso cliché.
Y así rodeado de gente desconocida, poco a poco desaparecía.
Poco a poco desapareció.

Una barra de chocolate y plantas polvorientas.
Es conocida la regla que envuelve a las novias de tus amigos. 
- "No importa de todos modos, no somos tan cercanos."
Entre risas y bromas, llamadas a medianoche y adornos,
Entre peleas por máscaras, camisas extrañas y hasta por dotes desproporcionados.Y si comenzó por un novio, ¿Por qué no terminar igual?. No importa, siempre queda el sabor amargo de no poder hacer nada.

Pascuas, bonita foto. 
Quizá la irremediable tentación iba más allá de un par de comentarios,
de un par de aproximaciones rebuscadas. 
O tal vez esa inocencia pura y el tono de tus palabras bruscas y coordinadas.
Y como a quien le pesan tantos recuerdos, arrastrados a lo largo del camino...
Desde un cojín, vestido rosa y una canción simbólica, hasta momentos eternos bajo la sombra de un árbol cualquiera. Y es tiempo de vals.... Y decir sin hablar y escuchar sin oír.
Y de nuevo bonita foto.
Y de nuevo punto y final.

Alimentar el recuerdo con mi alma 
o alimentar mi alma con recuerdos. Porque es lo único que queda.
No trato de entenderlo, disfruto de esta fría brisa.
Me pregunto si fue mi culpa, ¿Pude hacer algo más?.
No importa la respuesta, es cuestión de dos. Y no siempre suma 1. 
Esta fría noche huele a Noviembre. 
La melancolía en el aire asfixia la llama de la sensatez. 
Pero... Que bien huele Noviembre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario